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miércoles, 7 de julio de 2010

Ensayo sobre las almas perdidas cap.2



Jofiel, se levantó del suelo, en silencio y ausente, se dirigió a la salida lateral de la iglesia. Era como un títere conducido por cuerdas, caminaba despacio. Su mirada perdida, sus brazos caídos, su piel pajiza y el sudor frío de sus manos, apuntaba un cansancio, un sobre esfuerzo importante. Se adivinaba en su cara y en su cuerpo un ánimo agotado, aletargado. Le costaba caminar… respiraba con dificultad, pero tenía un rumbo fijo… salir de aquel lugar.
Abriendo las puertas, intentó, internarse en la oscura noche. Pero la luz de las farolas del callejón, le cegaron por un momento …. Y volvió en sí.
-Joder qué dolor, pero qué… Me duele todo el cuerpo… tengo todos los músculos agarrotados… mierda… ¡mi cabeza!… pero… si no recuerdo haber bebido nada… uff!!, necesito sentarme.

No estaba seguro de qué hacer a continuación, estaba desconcertado con la situación. Todo era tan raro, el próximo paso, fue tratar de encontrar algo fiable como referencia, algo que le diera información acertada del momento. Se miró su reloj.
-No puede ser, son casi las diez de la noche….eso quiere decir que he perdido… he perdido…¡13horas!….¿Cómo ha podido pasar algo así?, debo estar empeorando… tengo que centrarme… no recuerdo nada…

Empezó a observar, cuanto tenia alrededor. No sabía dónde estaba, no conocía el lugar, esa callejuela no le era familiar de ningún modo. Pero entonces se pasó la mano por la cara y cuando observó sus manos, se paralizó.
-¡¡Sangre!! pero cómo… de dónde ha salido… es sangre…. ¡¡Sangre!!… necesito recordar… a ver… era de día, caminaba, planeando desaparecer… ¡¡morir!!, y entonces… la iglesia, eso es… ¡la iglesia! Me quería confesar… sí… hablé de… ¡mi madre! Empecé a marearme y a tener frío, mucho frío… y… nada más… todo esta borroso… imágenes borrosas… ¡esto no tiene ningún sentido!

Se dio la vuelta, para ver de dónde había salido, y entonces lo vio. Empezó a temblar, ante tan aberrante espectáculo, le fallaron las piernas por un instante, y se sentó en los bancos de la primera fila, hundió la cabeza entre sus manos, y empezó a rezar, tal y como le enseño su madre. Así poco a poco, se fue tranquilizando, aunque no demasiado, si en la justa medida, para empezar a barajar hipótesis, intentar concentrarse sobre que había ocurrido allí.
- No… qué…¡¡¿Qué he hecho?!!…esto… es horrible!!… pero… ¿he sido yo, o quién!!… ¡¡mierda, no consigo recordar!!, Sí… he sido yo… ¡¡ lo he hecho yo!!.. Aquí no hay nadie más, o… ¿y si lo había?,…¡¡¿y si se ha ido el asesino ?!!… ¡¡yo sólo sé que tengo que salir de aquí ya!! pero no cubierto de sangre… ¿dónde me limpio… dónde…?

Entonces se le ocurrió que, si estaba en una iglesia, agua bendita, habría por alguna parte, busco en la sacristía, y la encontró. Se quitó la ropa manchada de sangre, y se echó buena cantidad de agua por la cabeza; pero cuando el agua bendita le tocó, todos los recuerdos borrosos, volvieron ahora nítidos a su memoria.
-¡¡¡Diossssssssssssssssss!!! … esto es… ¡¡ terrible!!…Ahora lo veo claro… no quería creerlo… ¡estoy como una puta cabra!…estoy acabado… ¡¡soy un monstruo!!…¡¡un perturbado de mierda!!… debo morir o morirá más gente… ya no son voces… ¡¡¡es un asesinato!!!… ¡¡ esta vez la he jodido… pero bien!!… la policía estará al caer¡¡… quiero acabar de una vez… ¡¡¡me cago en mis divagaciones!!… si tengo que morir lo haré a mi manera… ¡¡¡al menos concédeme eso Dios mío!!!… sólo eso te pido… sólo eso…

Cogió algo de ropa del sacerdote, y se vistió con ella, salió por la misma puerta de antes, por el lateral, nadie lo vio salir, nadie usaba esa puerta. Caminó tranquilo por las calles de Barcelona, en dirección al mar, hacia la playa, a la Barceloneta. Tenia tantos buenos recuerdos de ella, que sintió la necesidad de caminar hasta allí. El viento se estrellaba sobre su cara, era cortante y fuerte, aunque caluroso.
Su madre siempre lo perseguía jugando, acabando siempre tirados por la arena, entre imparables carcajadas. Él no podía evitar acordarse de ella, aunque sabía que en el fondo, no le hacía ningún bien. Recordar su hermosa voz, era recordar sus palabras apocalípticas. Recordar sus lindas manos, era recordar, los moratones que le dejaba en las muñecas, en sus severos ataques… Mientras recodaba esas cosas, unas lagrimas le surcaron la cara, y un nudo le oprimió en la garganta. El sudor frío, no se marchaba. Y la gente lo miraba, como si estuviera enfermo o drogado, de tan mal aspecto que mostraba, con sus ojeras y su clara palidez.

Entonces las escuchó, las voces volvieron, pero algo era distinto. Antes decían palabras sueltas, un caos en su cabeza. Hoy encajaban unas frases perfectas, aunque el no entendiera nada de por qué le decían lo que le decían. Todo le sonaba extraño y rebuscado, La cabeza le dolía tanto, que le era imposible centrarse en ese galimatías que le llegaba de aquellas endemoniadas voces, ya no podía, ya no tenía mas fuerzas, solo quería, que callaran, para disfrutar de un solo momento en paz, antes del final. Esas palabras…

-…Ven con nosotros, te mostraremos el camino.
No tengas miedo, ellos te necesitan.
Solo sufrirás un momento.
Escucha el mensaje.
Es tu destino.
Tu vida empieza hoy….

Jofiel solo se molestó en quitarse los zapatos, uno de los placeres de la vida. Sentir la arena entre sus dedos, fue tan agradable, que las caras de ellas, de sus perdidas doncellas, llegaron a su recuerdo, como una hermosa despedida.
- ¡ mamá!… ¡Nadia!… ¡ mi pequeña, mi Irina!… ¿estarás tú con tu madre y con tu abuela?…¿o aún caminas por el mundo?… en realidad, nunca lo sabré, porque… el suicidio es mi camino, y el castigo es el infierno… eso dirías tu mamá… eso dirías. Es lo más cobarde, pero… no os veré nunca, jamás me elevaré al cielo, arderé eternamente.

Desapareciendo entre el agua, con los ojos abiertos, sintiendo el escozor de la sal, para así experimentar por última vez, y ya solo por un momento, lo que era sentir la vida, despedirse para ir muriendo.

Cuando desde el silencio, serenas y seguras, surgieron las voces de nuevo, mientras el agua entraba en los pulmones, del atormentado Jofiel, y le susurraron…

-Adhuc tempus.
Ab hoc momentum pendet aeternitas.
Apropinquat hora, Jofiel.

1 comentario:

  1. mmm... no puedo decir que esta bien porque cuando te lees un capitulo en un libro no dices si estan bien cada capitulo. Con esto vengo a decir que la trama y la linea de guion osn buenas y en este capitulo no puedo decir que no me aya gustado, mas bien me ha entretenido, aunque el tio no deja de despreciarse.
    Nose como coño explicarlo T_T

    : Ha estado bien y punto joder jajajaja

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