Musica


MusicPlaylistRingtones
Create a playlist at MixPod.com

sábado, 17 de julio de 2010

Ensayo sobre las almas perdidas Vol.3


- Hola ¿Señora? Señora Conteste por favor, hemos localizando la llamada, pero ¡necesito que me hable! Señora?…¿me oye?… ya tenemos una patrulla en camino… ¡ vamos conteste!
- ¡¡ohh!!, no puedo seguir aquí … ¡hay sangre por todas partes!… no puedo respirar… no puedo moverme, creo…. Creo que… me he roto una pierna… ¡huele fatal!, mi cabeza…

La patrulla que había más cerca de la zona, cogió el aviso, y se dirigió a “ Sant Miquel del Port”, al llegar sin perder tiempo, desenfundaron y entraron despacio, estaba todo en silencio, por ahora, no había rastro de la mujer, y entonces llegaron a la zona del altar mayor. Se pararon en seco, no podían creer lo que veían. Ambos palidecieron, ante tremenda visión, a pesar de no hacer calor, no dejaban de sudar, estaban temblando.
-Tío, pero qué… ¡joder!… ¿qué coño han hecho con ese hombre?…qué… mierda… ¡le han cortado la cabeza!… y… eso…¿ qué es lo que tiene metido en la boca?
-¡Mira, ay!… ¡el resto del cuerpo del cura!…esto es dantesco… vale, calma… ¡falta la sacristía, echa un vistazo, yo te cubro!…¡venga novato!… tenemos trabajo.

Pero el patrullero novato, estaba tan horrorizado, como eclipsado por la imagen que tenía ante sus ojos, ni siquiera pestañeaba, sentía un calor en la garganta, una congoja, que no le dejaba respirar ni articular palabra. Se limitó a observar el horror del asesinato, que ya se estaba grabando a fuego en su memoria, para ya no borrarse nunca.
El sacerdote, estaba tumbado cara arriba, con las piernas y los brazos abiertos. Su sotana, estaba levantada, dejando ver sus genitales amputados, le faltaba la cabeza. Tampoco había rastro del corazón. Todo el cuerpo de aquel hombre era un enorme charco de sangre, charco que cruzaba todo el frente del altar hasta el púlpito. Sobre el púlpito, la cabeza del sacerdote, con los ojos hundidos, la boca abierta, y… con algo dentro… el corazón.
-¿Pero quieres moverte novato?, me estoy cabreando, no te lo volveré a repetir, ¡en marcha…! ¡ espabila, o daré parte de tu conducta!

Entraron en la sacristía, encontraron la ropa manchada de sangre, y el suelo con un charco de agua, el armario estaba abierto.
- A debido lavarse, coger algo de ropa e irse. Está bien, aseguremos el resto de puertas… venga ¡muévete joder, apesta!… ¿ qué es ese olor repugnante?… ¡cúbreme!

- ¿Qué ha sido eso?…entre los bancos, a la izquierda…. He oído…
- ¡Céntrate! Atento que no quiero errores… esto… está limpio… ya está todo comprobado. A ver, ¿de dónde decías que venía el ruido?
-Del lado izquierdo, como un llanto, un sollozo o algo así… entre los bancos… hay alguien , lo sé…
- Despacio… puede ser la mujer o puede que no… no te confíes… a veces te confías… y acabas en una caja de pino… prudencia.
-¡Sí, es ella!, se ha debido resbalar con la sangre del suelo, cayó y luego se arrastró hasta aquí.
- Señora, calma, la sacaremos de aquí, mi compañero se quedará con usted. Enseguida vuelvo, tranquila… voy a por ayuda… ya pasó.
- Aquí la patrulla 369, solicito refuerzos inmediatamente en la iglesia de Sant Miquel del Port, Tenemos una mujer herida, y un sacerdote muerto, el sospechoso ha huido.

Al cabo de un rato, llegó una ambulancia y se llevaron a la mujer, inconsciente, mostraba traumatismo craneal leve, y una pierna rota. La policía científica llegó y se pusieron a trabajar de inmediato con las pruebas. Tenían mucho trabajo por delante. Los de homicidios llegaron poco después.
- ¡Mierda!, le han asignado el caso a “De La Torre”, estamos jodidos… éste nos hace estar despiertos hasta que se cierre el caso… tiene un carácter inaguantable. Novato, no sabes lo que se nos viene encima… no creo que toda tu carrera topes con otro más jodido de tratar.
- Qué bien tres semanas en plantilla y me encuentro con un asesinato, un compañero toca pelotas y un inspector cabrón. ¿Algo más?
- Pues la verdad… sí, otra cosa, huele a los novatos a tres kilómetros, y los putea como nadie… no te haces una idea de lo que me voy a reír.

El inspector Matías de la Torre, llevaba una vida solitaria, difícil. Entre sus muchos malos hábitos, tenía el de beber, siempre acompañado de su fiel amigo “Kokuryu", un sake al que se aficionó hace años. Su hígado, estaba a punto de reventar, pero eso no le quitaba el sueño. En realidad ya casi no dormía. Desde que su mujer Teresa y su hija Mikaela murieron. Cuando le destinaron a Japón, ya nada fue lo de antes. Una secta Japonesa llamada “La Verdad Suprema De Aum”, las reclutó. Fue en el año 1993, Mikaela, solo contaba con 16 años, empezó a mostrase distante, extraña. Pero él nunca se imaginó, que la estaba perdiendo. El 22 de enero del 93 ella se marchó. Su madre, Teresa, negándose a dejarla ir sola, se fue con a su lado, para protegerla. Él, lo intento todo, pero no pudo retenerlas a su lado. A su pequeña nunca más volvió a verla con vida. A su mujer la volvió a ver, quitándose la vida poco después de encontrarla, ante su presencia. Dejaba correr los días, convirtiendo su trabajo, en lo único que le sacaba a flote, y por ello, se convirtió en un ser implacable para con sus casos, pero también en una persona, que nadie querría de compañía, ni de compañero. Era agresivo, y estaba machacado por dentro y por fuera, su cara ajada, era fiel reflejo de su dura lucha interna de cada día, y de sus permanentes excesos.
Con paso ligero, se acercó directamente a los patrulleros, no hacía falta preguntar quién había pringado el primero, los dos tenían las caras tan desencajadas, y los ojos tan abiertos, estaban severamente acobardados. Cuando llegó a su altura, los miró de arriba abajo, y les dijo…

- Tú, no quiero oírte. Pero a ti… a ti si, primero te escucharé, y luego te haré tragar las botas reglamentarias para que espabiles novato. Soy el inspector Matías De La Torre, el caso es mío. Quitando todas las pruebas que ya me habéis jodido. Quiero los hechos… ¡¡novato, empieza a hablar!!.

- Lo hemos comprobado todo inspector, hemos tenido cuidado, no se exalte tanto, no hay razón para ello.

El inspector De la torre, agarró del cuello al patrullero novato, y lo empotro contra la pared con una única mano, con la otra, le propinó un puñetazo en el estómago. Su compañero no pudo evitarlo, fue muy rápido, El inspector, lo levanto del suelo y sin soltarle, le señalo con el dedo amenazante, sin pestañear una sola vez, y le dijo…
- ¿No? te instruiré con delicadeza…¡ pedazo de cretino! ¡no me jodas! No tengo tiempo… lo que se haya dejado… ya lo encontraré, pero… las pruebas que ha trastocado… son irrecuperables…¡ mírate la bota, tarugo!
- ya le he dicho inspector De La Torre… ¡que no he alterado ninguna prueba!
- A ver lumbrera, ¡más tonto y no naces!, ¿como te manchaste la bota?, te lo diré, por lo que veo, cubrías a tu compañero, y por un momento te despistaste, y giraste , de forma impulsiva, metiendo así la bota en el reguero de sangre. No hace falta ser muy listo, ¿ves la marca del suelo?, pues ha sido tu puta bota.
- ¡Hostia, es verdad!… vaya cagada.
-Al menos eres sincero, porque sí, la has cagado bien. Veamos, ¿que tenéis para mí?
-Tenemos, un sacerdote, ojos hundidos… con el hábito levantado, el cuerpo boca arriba, brazos y piernas abiertas ,la sotana subida a la cintura, el genital amputado… corazón extirpado… cabeza cortada y separada del cuerpo , y un olor horrible. El sospechoso se lavó en la sacristía, con agua bendita, dejó su ropa en el suelo, vistió ropas de sacerdote y… huyó.
- Sigue novato, no te pares ahora que hacías algo bien…¡¡deja de mirarme e informa!!
- No sé que más le puedo explicar señor, creo que todo lo que sé, ya se lo he contado, no sé nada más.

El inspector, le soltó el cuello, y se alejó de él dándole la espalda. El novato, tenía miedo, no sabía que decir, como actuar, pero se sentía agradecido de que se estuviera alejando. De La Torre, giró sobre si , y volviéndose, le dedicó al muchacho una mirada hostil, se acercó de nuevo, y lo cogió por la solapa del uniforme, tirándolo al suelo le dijo…
- Inténtalo otra vez, pero, con un poco más de talento… la testigo, ¿recuerdas lumbrera?… ¡la testigo!, ¿que tenemos de ella?
- Cierto, la mujer… la testigo, la escuché… y reaccioné mirando hacia ella, estaba manchada de sangre, parece que… se acercó a confesarse y encontró a las puertas del confesionario, el cuerpo sin cabeza del sacerdote, se impresionó y resbaló con la sangre del suelo, se rompió una pierna y tiene un traumatismo…

Llegó el Sr. juez para proceder al levantamiento del cadáver, entonces se percataron de una nueva prueba, un escrito en su espalda, lo hicieron con algo afilado y candente. Las palabras… decían…

Vadeus et non rediens anima.
Irrevocabilis hora est.
Amén.

miércoles, 7 de julio de 2010

Ensayo sobre las almas perdidas cap.2



Jofiel, se levantó del suelo, en silencio y ausente, se dirigió a la salida lateral de la iglesia. Era como un títere conducido por cuerdas, caminaba despacio. Su mirada perdida, sus brazos caídos, su piel pajiza y el sudor frío de sus manos, apuntaba un cansancio, un sobre esfuerzo importante. Se adivinaba en su cara y en su cuerpo un ánimo agotado, aletargado. Le costaba caminar… respiraba con dificultad, pero tenía un rumbo fijo… salir de aquel lugar.
Abriendo las puertas, intentó, internarse en la oscura noche. Pero la luz de las farolas del callejón, le cegaron por un momento …. Y volvió en sí.
-Joder qué dolor, pero qué… Me duele todo el cuerpo… tengo todos los músculos agarrotados… mierda… ¡mi cabeza!… pero… si no recuerdo haber bebido nada… uff!!, necesito sentarme.

No estaba seguro de qué hacer a continuación, estaba desconcertado con la situación. Todo era tan raro, el próximo paso, fue tratar de encontrar algo fiable como referencia, algo que le diera información acertada del momento. Se miró su reloj.
-No puede ser, son casi las diez de la noche….eso quiere decir que he perdido… he perdido…¡13horas!….¿Cómo ha podido pasar algo así?, debo estar empeorando… tengo que centrarme… no recuerdo nada…

Empezó a observar, cuanto tenia alrededor. No sabía dónde estaba, no conocía el lugar, esa callejuela no le era familiar de ningún modo. Pero entonces se pasó la mano por la cara y cuando observó sus manos, se paralizó.
-¡¡Sangre!! pero cómo… de dónde ha salido… es sangre…. ¡¡Sangre!!… necesito recordar… a ver… era de día, caminaba, planeando desaparecer… ¡¡morir!!, y entonces… la iglesia, eso es… ¡la iglesia! Me quería confesar… sí… hablé de… ¡mi madre! Empecé a marearme y a tener frío, mucho frío… y… nada más… todo esta borroso… imágenes borrosas… ¡esto no tiene ningún sentido!

Se dio la vuelta, para ver de dónde había salido, y entonces lo vio. Empezó a temblar, ante tan aberrante espectáculo, le fallaron las piernas por un instante, y se sentó en los bancos de la primera fila, hundió la cabeza entre sus manos, y empezó a rezar, tal y como le enseño su madre. Así poco a poco, se fue tranquilizando, aunque no demasiado, si en la justa medida, para empezar a barajar hipótesis, intentar concentrarse sobre que había ocurrido allí.
- No… qué…¡¡¿Qué he hecho?!!…esto… es horrible!!… pero… ¿he sido yo, o quién!!… ¡¡mierda, no consigo recordar!!, Sí… he sido yo… ¡¡ lo he hecho yo!!.. Aquí no hay nadie más, o… ¿y si lo había?,…¡¡¿y si se ha ido el asesino ?!!… ¡¡yo sólo sé que tengo que salir de aquí ya!! pero no cubierto de sangre… ¿dónde me limpio… dónde…?

Entonces se le ocurrió que, si estaba en una iglesia, agua bendita, habría por alguna parte, busco en la sacristía, y la encontró. Se quitó la ropa manchada de sangre, y se echó buena cantidad de agua por la cabeza; pero cuando el agua bendita le tocó, todos los recuerdos borrosos, volvieron ahora nítidos a su memoria.
-¡¡¡Diossssssssssssssssss!!! … esto es… ¡¡ terrible!!…Ahora lo veo claro… no quería creerlo… ¡estoy como una puta cabra!…estoy acabado… ¡¡soy un monstruo!!…¡¡un perturbado de mierda!!… debo morir o morirá más gente… ya no son voces… ¡¡¡es un asesinato!!!… ¡¡ esta vez la he jodido… pero bien!!… la policía estará al caer¡¡… quiero acabar de una vez… ¡¡¡me cago en mis divagaciones!!… si tengo que morir lo haré a mi manera… ¡¡¡al menos concédeme eso Dios mío!!!… sólo eso te pido… sólo eso…

Cogió algo de ropa del sacerdote, y se vistió con ella, salió por la misma puerta de antes, por el lateral, nadie lo vio salir, nadie usaba esa puerta. Caminó tranquilo por las calles de Barcelona, en dirección al mar, hacia la playa, a la Barceloneta. Tenia tantos buenos recuerdos de ella, que sintió la necesidad de caminar hasta allí. El viento se estrellaba sobre su cara, era cortante y fuerte, aunque caluroso.
Su madre siempre lo perseguía jugando, acabando siempre tirados por la arena, entre imparables carcajadas. Él no podía evitar acordarse de ella, aunque sabía que en el fondo, no le hacía ningún bien. Recordar su hermosa voz, era recordar sus palabras apocalípticas. Recordar sus lindas manos, era recordar, los moratones que le dejaba en las muñecas, en sus severos ataques… Mientras recodaba esas cosas, unas lagrimas le surcaron la cara, y un nudo le oprimió en la garganta. El sudor frío, no se marchaba. Y la gente lo miraba, como si estuviera enfermo o drogado, de tan mal aspecto que mostraba, con sus ojeras y su clara palidez.

Entonces las escuchó, las voces volvieron, pero algo era distinto. Antes decían palabras sueltas, un caos en su cabeza. Hoy encajaban unas frases perfectas, aunque el no entendiera nada de por qué le decían lo que le decían. Todo le sonaba extraño y rebuscado, La cabeza le dolía tanto, que le era imposible centrarse en ese galimatías que le llegaba de aquellas endemoniadas voces, ya no podía, ya no tenía mas fuerzas, solo quería, que callaran, para disfrutar de un solo momento en paz, antes del final. Esas palabras…

-…Ven con nosotros, te mostraremos el camino.
No tengas miedo, ellos te necesitan.
Solo sufrirás un momento.
Escucha el mensaje.
Es tu destino.
Tu vida empieza hoy….

Jofiel solo se molestó en quitarse los zapatos, uno de los placeres de la vida. Sentir la arena entre sus dedos, fue tan agradable, que las caras de ellas, de sus perdidas doncellas, llegaron a su recuerdo, como una hermosa despedida.
- ¡ mamá!… ¡Nadia!… ¡ mi pequeña, mi Irina!… ¿estarás tú con tu madre y con tu abuela?…¿o aún caminas por el mundo?… en realidad, nunca lo sabré, porque… el suicidio es mi camino, y el castigo es el infierno… eso dirías tu mamá… eso dirías. Es lo más cobarde, pero… no os veré nunca, jamás me elevaré al cielo, arderé eternamente.

Desapareciendo entre el agua, con los ojos abiertos, sintiendo el escozor de la sal, para así experimentar por última vez, y ya solo por un momento, lo que era sentir la vida, despedirse para ir muriendo.

Cuando desde el silencio, serenas y seguras, surgieron las voces de nuevo, mientras el agua entraba en los pulmones, del atormentado Jofiel, y le susurraron…

-Adhuc tempus.
Ab hoc momentum pendet aeternitas.
Apropinquat hora, Jofiel.

viernes, 2 de julio de 2010

Ensayo sobre las almas perdidas Cap. 1




Barcelona, 1 de Abril del 2010, son las 06:30h. y Jofiel, a sus 26 años, oficialmente esta sin empleo, fue rápido, llegó , y como siempre se le fue la mano sacando de quicio a su jefe, entregando tarde los gráficos del próximo video juego. Él sabía que el tiempo no estaba de su parte, que había una fecha tope de entrega. Los inversores querían resultados y los querían ya, pero Jofiel, aunque todo lo que producía en su trabajo finalizaba de forma impecable, tenía dos cosas en su contra. Una que era demasiado perfeccionista. Para él, el resultado, nunca era el adecuado, de ahí la tardanza. El otro, que tenía un reto personal, un video juego. Un día cogió todas esas locuras que decía su madre, y creó ese dichoso video juego que le absorbía todo su tiempo y su atención.

Pensó en ella, en lo que pensaría de él por querer quitarse de en medio Ella diría…” el suicidio es pecado”, pero tenía las cosas claras. Caminando sin rumbo, pensando que iba a hacer con su vida, llegó a la altura de una iglesia. Algo en su interior le decía que tenía que entrar. Nunca había estado allí, hacía años que no entraba a ninguna, muchos años. Todas le recordaban a su madre, y él se sentía tan culpable por lo que le pasó…. Nunca habló de ello con nadie, pero hoy lo haría. Quería soltarlo todo antes de morir. Vivir para él, ya no tenia sentido, así que limpiaría su alma y encontraría la forma de dejar de respirar.

- Perdóneme Padre porque he pecado.
- Cuéntame hijo, abre tu corazón y tu espíritu, te escucho.
- He sido un mal hijo, mi madre estaba enferma, cuando cumplí 16 años, me harté de sus paranoias, la denuncié, se la llevaron, le diagnosticaron bipolaridad y delirios, y la encerraron en una clínica psiquiátrica. El día de mi vigésimo cumpleaños la encontraron muerta, sola, dentro de una celda de aislamiento, pero fue un asesinato. Hubo investigación, pero no se encontró nunca al culpable. Padre, si hubiera visto lo que le hicieron a su cuerpo, no puedo explicarlo, había sangre por todas partes…… no puedo… no quiero recordarlo. Odié a Dios Padre, le odié tanto…
-Esta bien hijo, sosiégate, respira hondo, y continua solo cuando estés preparado. Y cuenta sólo lo que necesites contar, esto ha de ser una liberación, no una obligación…… cuando estés preparado … continúa.
-…desde entonces, no puedo dormir, la imagen de mi madre, se repite una y otra vez en mi memoria, he necesitado calmantes y ansiolíticos desde entonces, me volqué en mis estudios, eso me ayudo aunque por corto tiempo, en el que conocí a Nadia…… oh Dios!! Nadia…..la amé tanto… Cuánto aguantaste conmigo Nadia… pero aquellas voces, empezaron a atormentarme como a mi madre, los mismos síntomas. Dos años de locura le ofrecí a Nadia por mi parte …. Pero algo mas importante que yo requería su protección… Sabe Padre.. Ella lo intentó… Intentó soportarme después de amarme, pero ya no pudo más. La entendí perfectamente….. La dejé marchar, llevándose con ella mi único apoyo y la niña que llevaba en su vientre. Dios, Padre mío, Cuánto te odié entonces… y cuantas veces te pedí ayuda… Dios mío… te odié tanto!! Rezos sin respuesta… aborrecí a tu dios!
- Hijo mío, faltar a tu Dios, a tu Padre, no te las devolverá, solo te hará caer más en el hoyo, debes mejorar, superarte e ir a buscarlas, debes intentarlo, no puedes culpar a Dios por ello. Si no te esfuerzas por ser mejor, sólo eres tú el que te defraudas a ti mismo, una y otra vez sólo a ti mismo, hijo mío debes ser un hombre de bien, prudente en tus actos y pensamientos, y mantener tu fe firme, empezando sobre todo por respetar a tu Santo Padre.
-No Padre, yo no me meteré en ningún hoyo, pero Nadia, ella sí acabó en uno, en uno del cementerio…. Cuando le quedaba poco tiempo para salir de cuentas, me llamó y me dijo que me daba la opción de conocer a mi pequeña y que si ponía de mi parte, volverían a mi vida. Fui al psiquiatra, me dio pastillas como para un caballo y aunque parecía mas un zombi que una persona… llegó el día del parto, yo estaba allí, todo salió bien Padre, todo salió bien, durante la noche de ese mismo día, fui a ver a mi pequeña a la sala de maternidad, pero no estaba. La buscaron por todo el hospital, se la habían llevado…. ¿Dónde mierda estaba Dios entonces? ¿De parte del secuestrador o de la mía?… ¿Cuánto odio se le puede tener a un padre como yo le tengo a Dios?….no hay medida… le odio, y tú… lo veo… das consejos, pero en realidad eres un ser despreciable…
- Blasfemia!! Eso es una blasfemia, eres un irreverente, fuera de la casa de Dios, no tienes derecho a llamarte cristiano, fuera de aquí!!
- Cállese padre, cállese de una puta vez, deje de defender a Dios, cuando yo le explico porque le estoy odiando tanto!!!!!! Escuche mi palabra y deje la de Dios un rato, porque él… no esta aquí para escuchar sus alabanzas de pastor firme y recto… cuando en realidad , tu conducta esta más cerca del infierno que de el cielo.
- Estas loco, desaparece de la casa del Santo Padre! No eres digno de estar aquí! Deberían excomulgarte, por decir tanta barbarie!! Ni me menciones! No sabes nada de mi! Necio…. Impío!
- No padre, primero usted escuchara mi historia… cuando fui a la habitación de Nadia para decirle que la pequeña había desaparecido, me la encontré muerta, Padre. ¡Asesinada Padre! ¡Exactamente de la misma forma que mi madre, Padre! ¡Todo estaba lleno de sangre, Padre! ¿ Dónde estaba Dios padre? ¿Dónde? ¿Y usted? Yo sé dónde estaba usted… me lo dicen las voces de mi cabeza, tan claro como la luz del día… tan claro como hablaban a mi madre, ¡¡escúchelas Padre!!
- Dios mío, tus ojos hijo, tus ojos, que te pasa en los ojos! Estas llorando sangre! Dios mío! Pero, y la medicación?! ¿Y la medicación para no escuchar las voces?, ¡no te acerques a mi! ¿Qué te pasa en los ojos? Pero qué coño…
- Medicación para qué, si ya no hay madre, ni Nadia , ni mi pequeña, ya no merece la pena esconder lo que soy!!, dejé de tomarla y, padre… otra cosa… en la casa de Dios… no se dicen palabrotas.
- ¿Qué? ¡Acaba de decir lo que tengas que decir, y márchate monstruo! ¡Estás fuera de control! ¡Estás completamente loco!…esos ojos! No eres un hombre…
-¿Marcharme? No sin ajustar cuentas contigo, porque tú y yo sabemos qué hiciste el día que desapareció la pequeña ¿¿¿no, padre??? ¡¡ Ese día que murió Nadia!!
- ¡Yo no quería, ellos me obligaron! ¡Fueron ellos, no yo! ¡No me hagas daño! ¡Piedad! Eran mis manos, mi mente estaba nublada… escúchame, no podía controlar mi cuerpo…. ¡Algo entró en mi!
- Las voces están aquí conmigo padre….aunque yo soy más de…”Facta non verba”
- ¿Qué? ¡Deja de acercarte! ¡¡Detente!! ¡¡¡Apártate de mi!!!
- Me dicen que eres culpable de secuestro, culpable de asesinato, y culpable de algo que descubriré enseguida… porque vas a morir, y la forma hijo de perra… te va a encantar…

…“Sine anima sumus pulvis, sumus mortis,
Ac questa anima corrupta expulsi est.
Ego redibo, tu nunquam.
Requiescat in pacem.
Amén.”